La idea de incorporar hábitos más sustentables a la hora de ir al supermercado es parte de una tendencia virtuosa que se engloba bajo el concepto de “comprador responsable”: una serie de acciones que buscan ajustar el consumo a necesidades reales, prestando atención al qué y el cómo se elige.
Mariana Larumbe es directora de Compromiso Eco, una iniciativa que aborda el cuidado del medio ambiente a través de cambios en la forma de pensar nuestras acciones en la vida cotidiana. Con ese espíritu, Journey la acompañó a hacer las compras y ella nos propuso cinco ideas muy sencillas de llevar a la práctica, que producen resultados instantáneos.
Cinco consejos para ser un comprador responsable
- La previa
Confeccionar la lista de compras con anticipación permite ser más eficiente. Además, es importante tener siempre una ecobolsa a mano para evitar las bolsas de plástico. También es una buena oportunidad para llevar los envases retornables al comercio, y los reciclables al centro verde más cercano.
- Frutas y verduras
Llevar cajas de cartón o eco bolsas para colocar y trasladar los productos sueltos y evitar los vegetales “fiaca”, esos que se ofrecen ya cortados y empaquetados en bandejas.
- Mejor reciclable
Un mismo producto puede venderse en distintos tipos de empaque. Lo ideal es mirar la etiqueta y llevarse el que indique que se podrá reciclar una vez cumplida su función. Las botellas retornables son la mejor opción: los envases de tapa amarilla de Coca-Cola, por ejemplo, se pueden reutilizar nueve veces, lo que reduce el consumo de plástico.
- Priorizar empaques grandes
En la medida de lo posible elegir las opciones de mayor tamaño dentro del abanico de ofertas de un mismo producto. Aunque no parezca, es una decisión que genera un doble ahorro: además de que el precio final será proporcionalmente menor, también implica un menor consumo de plástico.
- Ya es hora de un segundo tacho
Tener en casa un recipiente exclusivo para depositar los reciclables es una tendencia que de a poco comienza a incorporarse a la rutina de los hogares argentinos. Su sola presencia invita a separar los desechos orgánicos de los inorgánicos, el primer paso hacia una vida más responsable con el medio ambiente.